DONDE DA LA VUELTA EL AIRE

Es hora de ver la vida desde el último recodo del camino, donde da la vuelta el aire...

jueves, 12 de julio de 2007

EL MUCHACHO PERSA


El Muchacho Persa
Mary Renault
Editorial DeBolsillo


El amor a Alejandro por parte de su sirviente eunuco Bagoas es la excusa que toma Renault para que éste se convierta en su biógrafo y nos narre en esta vibrante y prodigiosa novela la vida del más grande ser que jamás haya pisado la Tierra.

Forma parte de la Trilogía que la autora inglesa dedicó a la vida y muerte de Alejandro, las otras dos Fuego del Paraíso y Juegos Funerarios, no están, empero al nivel de El Muchacho Persa.

El eunuco Bagoas cobra el protagonismo, y es su vida desde el principio la que se nos cuenta, pero el interés comienza cuando entra al servicio de Alejandro, como servidor y muchacho, en el sentido del hepaidos griego.

La historia de d amor entre ambos es el contrapunto al vibrante devenir del conquistador por tierras del Imperio Persa, una vez derrocado y asesinado el Gran Rey Darío III, el anterior amo del bello Bagoas, que pasa así de ser el muchacho del perdedor al del ganador.

Es una narración espléndida, que no desmerece en el apartado de las batallas y las conquistas de libros míticos sobre la vida del Macedonio, como las obras de Quinto Arrio, Plutarco, el pseudo Calístenes o el propio Ptolomeo. Pero a la vez pone el acento en el amor desacerbado de Bagaos por Alejandro, su dios, su amo, su amor, toda su existencia. Es un sentimiento que todos comprendemos y envidiamos.

La historia pequeña corre paralela a las gestas del gran hombre que devoraba a grandes bocados toda Asia formando el mayor imperio jamás creado.
Sin embargo los escarceos en la cama, la ternura, la complicidad de amantes, los celos hacia el bello Hefastión, el otro amado de Alejandro, se nos hacen más interesantes por lo novedoso y por dar un patina humana a una figura mítica.

El final no llega con la muerte de Alejando en Babilonia, sino que enlaza con el comienzo, un viejo y sabio Bagoas que vive en Alejandría, ciudad a la que ha seguido el cuerpo embalsamado de su amante decide contar su vida, de noble cuna, y no campesino pobre vendido como esclavo y castrado para convertirse en objeto de placer, y lo hace para convencernos a todos de que Alejandro no ha muerto, que vivirá para siempre, como es costumbre entre los dioses.

Es una obra maestra, una novela única, magníficante documentada, con una narración fácil y coherente, una historia alejada de estridencias y de tópicos. El amante supera al héroe. Lo agradecemos...

Para más información podéis consultar la web de la editorial DeBolsillo

2 comentarios:

A las 11 de diciembre de 2007, 4:22 , Blogger Tamara ha dicho...

Este libro llegó a mí cargadito de promesas. Y ya se sabe lo que pasa con ellas, que no siempre se cumplen. Salvo en este caso.
No sólo ha cubierto con creces las expectativas creadas, sino que las ha mejorado. La narración de Mary Renault es electrizante, sientes la emoción en cada verbo, en la recreación histórica, en los diálogos, en las descripciones de los personajes.
Pero por encima de todo, están Bagoas y Alejandro. El amor, la entrega incondicional, la unión, la piel, la fuerza, la locura, la sensualidad, los ojos siempre abiertos, la fe en el otro. A lo largo de la lectura he rescatado muchas frases, retazos de emociones, rincones de luz que me llevo. "No hay nada comparable a hacer feliz al que se ama". Pero también es un canto a la integración, a abrir la mente y el alma, despojarla de fronteras: "Odiar la calidad es odiar a los dioses (...)Hay que saludarla en todas partes, entre pueblos desconocidos de remotos confines de la tierra; pero no hay que abaratarla jamás".
Hay tantas enseñanzas encerradas en las líneas del libro, que llegar al final me pilló desprevenida. Lo esperaba, claro, no quedaban más hojas, pero me resistía a cerrarlo. Había apresado mucho de lo que siento por la persona que amo, mucho de lo que soy.
Termino con la frase impresionante que pronunció uno de los soldados macedonios al ver a Alejandro por última vez:
"Me ha mirado y he creído que se rompía el mundo".
Muchas gracias, Miguel.

 
A las 30 de septiembre de 2015, 13:09 , Blogger Martha Reyes ha dicho...

Ese libro lo he leído 5 veces y siempre me transporta a la Persia antigua. y tomo el lugar de Bagoas, me identifico con él. aunque soy mujer, me hubiera gustado ser Bagoas, con todos sus sufrimientos y angustias y perdido de amor por el mas grande conquistador que ha existido. Por Hefestion siento mucho afecto, es hermoso, valiente y leal, supo aceptar con dignidad el amor que Alejandro sentía por el muchacho. Hasta lo salvó en el desierto. Que amor tan bello y ese muchacho que nunca pidió nada, solo amor al final se quedó solo. Espero, aunque no dice la historia., que Ptolomeo lo haya llevado a Egipto mientras seguía el féretro de alejandro. No merecía quedar desamparado. No hubiera sobrevivido en esa boragine de traiciones en el que se había convertido el imperio pues sus generales se estaban matando entre ellos. Te amo Bagoas, te amo Hefestion y te amo y te adoro Mi hermoso y valiente Alejandro.

 

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